Las consecuencias del alto rendimiento, segunda parte

Por su parte, Sebastián Rosasco, médico de la selección femenina de hockey, explica: “Muchas veces el deportista está ciego y piensa que por estar en la alta competencia tiene que rendir al máximo sin importar los costos”. El deportólogo reconoce que si un atleta se encuentra en inferioridad de condiciones respecto de su rival, buscará la manera más efectiva de compensar esa diferencia y “a veces, esa manera no resulta la más saludable”.

Es ahí donde entran en juego los aliados del alto rendimiento: los suplementos nutricionales.
Según Darío Lecman, ex pesista olímpico y actual preparador físico, la suplementación deportiva es una pata esencial para llegar al alto nivel de competencia. “El ser humano no está preparado para entrenar ocho horas por día”, garantiza Lecman.

Ignacio Fernández Madero, preparador físico de Los Pumas, reflexiona: “Me da miedo que se esté trabajando por encima del nivel físico. Un maratonista no puede correr 42 kilómetros, es inhumano. Ningún cuerpo está preparado para tanto esfuerzo físico”.Los especialistas coinciden en que el deporte de alto rendimiento se está practicando por sobre lo que el físico pueda soportar y por eso se pierde la parte recreativa. Las presiones del entorno, la fatiga, el estrés físico y los problemas psicológicos atentan contra la esencia del deporte, pero más importante aún, contra los propios deportistas.