lunes, 12 de noviembre de 2007

Entrevista a Elizondo, segunda parte

Al igual que ocurre con los jugadores de fútbol, ¿hay condiciones innatas en los árbitros argentinos?
Si bien en la Argentina a ningún chico de 3 años se le da una tarjeta, en lugar de la pelota, para ver cómo la maneja, sí tienen los genes del fútbol. La materia prima no se agota nunca y brotan jugadores todo el tiempo, ¿cómo no va a ocurrir lo mismo con los árbitros? Quizás habría que prestarle mas atención, estructura y organización al arbitraje argentino y el rendimiento sería aún mejor.
¿Puede ser que sea a la inversa? Que precisamente la falta de organización y estructura los fuerce a poner un valor agregado que, a la hora de una competición internacional, los haga sobresalir por encima del resto
No. Yo creo que el valor agregado del argentino es que desde que nace sortea problemas y “rema todo el día”. Acá para dirigir un partido, desde que un sale de su casa hasta que llega al estadio atraviesa un montón de inconvenientes. Desde normas de convivencia, cuando vas en el taxi o con la gente que te cruzas en la calle, hasta la falta de patrulleros en la Comisaría, para llevarte a la cancha, por lo que terminas yendo a pie. Llegas al estadio y debes pasar por lugares donde te quieren “comer”, y tenés que aguantar que te insulten de arriba a bajo. Entras al vestuario y te dan ganas de brotarte porque te hacen un escándalo debido a que el arquero quiere jugar por cábala con un color, reglamentariamente prohibido, lo que terminas asentando en un acta. Ingresás a la cancha y no tenes donde ponerte: mujeres bailando, el círculo central ocupado con una publicad enorme, 50 personas dentro que te preguntas ¿qué función cumplen? Los jugadores ingresan a la hora que quieren, todo se retrasa, todo es desprolijo, todo es desorganizado y aún así la cosa funciona.
¿Cómo fue el lapso entre que le informan del cabezazo de Zinedine Zidane a Marco Materazzi y que le saca la tarjeta roja al francés en su último partido y siendo el mejor del mundial?
Nuestra cabeza está preparada para que nada nos condicione, son dos colores, dos equipos y un partido más. No es ni la final, ni el partido inicial, ni un clásico. Porque si uno dice la final, millones de personas mirando, los “nenes” que juegan en cada equipo, lo que vale cada uno, los intereses de todo el mundo que están depositados ahí, te mató. Te condicionó mentalmente para todo el partido.
¿Qué opinión le merece la incorporación de herramientas tecnológicas en el arbitraje?
El tema de los intercomunicadores, brillante. Porque no solamente trabaja en aspectos arbitrales, sino que ves a tus asistentes y ellos te ven a vos. Así que se pueden ir corrigiendo cosas. Por lo demás, creo que no va a pasar mucho tiempo para que el cuarto árbitro tenga un monitor, sobre todo para determinar si la pelota traspone la línea de gol en una jugada.
¿Es una paradoja que un árbitro proveniente de Argentina, país en el que la impunidad está a la orden del día, la imparta en Europa?
Sí. Si bien en estos momentos la Argentina está haciendo esfuerzos para salir de su crisis y está viéndosela un poco mejor, nuestra imagen afuera es muy negativa. Y lo que está emparentado con la justicia, más todavía. Encima un argentino ha dado justicia en el último partido (risas)..., más complicado todavía. Pero eso habla también de que es contraproducente tener etiquetas, porque afortunadamente no todos los argentinos somos iguales.
Es un apasionado de la poesía. ¿Está pensando en escribir algún poema a partir de todo lo que vivió?
En Alemania no escribí nada, porque el movimiento, el oleaje de emociones que tuve durante el mundial fue muy grande. Un día intenté hacerlo pero dejé porque me puse demasiado sensible, y por el trabajo que estábamos haciendo no podía permitirme eso. Debía estar encendido, con un nivel de stress importante. Ahora seguramente va a salir algo.

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